Como decía
Maquiavelo en “El Príncipe”, el gobernante tiene dos formas de controlar a un
pueblo: haciéndose querer o haciéndose temer. Es evidente cuál es la opción que
ha escogido Pedro Fernández Montes, alcalde de Torremolinos: el miedo.
Atemorizando a los ciudadanos para perpetuarse en el poder… algo fácil y
cobarde. El miedo como gran engaño.