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01 agosto 2011

El PP no se pone de acuerdo ni para criticar

El pasado 25 de julio, Javier Arenas defendía ante la prensa que “en cualquier caso, le gustaría un escenario electoral con comicios separados. Los andaluces y españoles quieren elecciones, pero separadas para profundizar en los problemas de la región andaluza". Esta es la actitud que ha venido manteniendo el PP en los últimos años. Incluso, Arenas ha prometido que si gana las elecciones en Andalucía, regulará por ley la obligación de que no coincidan las elecciones andaluzas con ningún otro proceso electoral.


Sin embargo, la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, defendió ayer que las elecciones en Andalucía también se adelanten y se convoquen el 20 de noviembre para hacerlas coincidir con las generales. La portavoz del PP acusó a Alfredo Pérez Rubalcaba y a los dirigentes socialistas de hacer cálculos y componendas para que no coincidan ambos procesos electorales.

Está claro que para el PP, lo importante y en lo que está centrada toda la maquinaria del partido es en la crítica al PSOE, haga éste lo que haga, no importa, hay que criticarle.

Sería interesante, que el PP explicase alguna de las medidas concretas que piensa aplicar si gobierna. Pero parece que eso no le interesa que lo conozcan los ciudadanos.

Los alcaldes del PP defienden sus intereses

Es lamentable el espectáculo que el Partido Popular escenificó el pasado jueves en el Parlamento de Andalucía, en su afán de impedir que se aprobara una medida por la que se estipulará la incompatibilidad entre los cargos de alcalde y presidente de la Diputación con el de diputado en la Cámara autonómica. Lo que más llama la atención de las quejas del PP y, en concreto, de Javier Arenas, es que durante cuatro años (entre 2004 y 2008) hubiera estado pidiendo esta medida y ahora haya cambiado de opinión. La iniciativa no afecta a ningún alcalde en la actualidad, pero sí de cara a las próximas elecciones autonómicas. El PSOE lleva 16 años sin tener en el Parlamento andaluz a ningún alcalde, en la idea de que bastante responsabilidad y trabajo tienen en su quehacer diario como para pertenecer también al Parlamento. Un ejemplo de lo que supone estar en el Parlamento sin realmente trabajar en él es el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, que no acude a las comisiones a las que pertenece. La idea de que cada cargo público tenga una dedicación y unos solos ingresos es plausible y responde, además, a una de las exigencias que miles de ciudadanos han mostrado en la calle a través de las manifestaciones y concentraciones del movimiento 15-M. La pataleta del PP y el cambio de posición de Arenas sólo se entiende desde el más puro interés electoral, en la idea de colocar a alcaldes en las listas para captar votos, aún a sabiendas de que éstos no van a poder hacer frente a sus responsabilidades, por lo que o bien descuidarán la Alcaldía o bien descuidarán su trabajo parlamentario.




Ahora el espectáculo lo ha trasladado el PP a los ayuntamientos donde gobierna, con la presentación de una moción en contra de lo aprobado en el Parlamento Andaluz.



Alcaldes como el de Torremolinos, Pedro Fernández Montes, que no recibe a ningún vecino, ni siquiera a los concejales de la oposición, bajo la escusa de tener mucho trabajo, hoy aprueba en pleno, con el tsunami de su mayoría absoluta, una moción contra lo acordado en el parlamento y defendiendo que también pueda ser diputado. Por cierto, que ya cobra su sueldo íntegro de Alcalde (bastante importante, por cierto), sus ingresos por vicepresidente de Diputación y sus ingresos por la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol, ¿querrá también sumar el sueldo de Diputado?

Fernández Montes, un alcalde agotado

El alcalde de Torremolinos, siguiendo en su línea de manipulación informativa en Torrevisión, (la televisión municipal donde el equipo de gobierno del PP en Torremolinos gasta recursos públicos para hacer propaganda partidista y no para informar), y de exaltación a la figura del alcalde, éste se autoentrevistó, con la conplicidad de medios afines.