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28 noviembre 2011

Paseando por La Carihuela

El pasado domingo 27 de noviembre estuve paseando por el Paseo Marítimo de la Carihuela, junto a Martina, mi mujer, y una pareja de amigos, Andrés y Pilar, recorrimos el paseo marítimo desde el Rincón del Sol hasta el límite con Benalmádena. Caminar tranquilo, buena compañía e interesante conversación. Fue una gozada indescriptible. Es una actividad muy recomendada para gozar de estas mañanas soleadas que nos está proporcionando Noviembre. Pasear junto al mar es, posiblemente, la manera más gratificante de disfrutar de la esencia de un día de otoño en Torremolinos. A cualquier hora del día, la suave brisa marina y el sol radiante convierten esta sencilla forma de ocio en toda una grata experiencia. Los tres kilómetros del paseo de La Carihuela invitan al paseo, a sentarse en una de sus múltiples terrazas y acompañar el placer de tomar una cerveza con el disfrute de ver pasar la vida tranquilamente entre el ir y venir de los turistas.

A un lado la playa y sus famosos “chiringuitos” y al otro lado la actividad comercial: bares, restaurantes y todo tipo de comercios. El paseo estaba lleno de gente, especialmente turistas venidos de mil y un lugar. En la playa, grupos de personas tomando el sol, algún valiente bañándose. No sé de donde habían sacado las sillas, pero un grupo de unos diez turistas extranjeros mayores, están sentados en fila sobre la arena rindiendo pleitesía al sol.

Me gusta pasear junto al mar, sentir la brisa y el sol en los días abiertos, oler el salitre, ver romper las olas, el cambio de tonalidades del agua, el perro suelto corriendo junto a la orilla; la pareja sobre la arena, leyendo el periódico o un libro... me gusta esa imperfección perfecta de vida mediterránea.

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