Esto
que a veces ocurre a los escritores, es pasajero y superable; pero ¿qué ocurre
cuando esta situación de bloqueo se da en un político? En ese caso no hablamos
de “pagina en blanco”, sino de “mente en blanco”.
Eso es lo que padece el alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes: “mente en blanco”. Lleva dos legislaturas sin tener una iniciativa (las subidas de IBI, impuestos, tasas, multas, sanciones… no cuentan). Se quedó sin ideas, bloqueado, en bancarrota tras una gestión nefasta de despilfarro y autobombo. Es como una batería descargada, no le puedes pedir nada. Sí, ya sé que una batería descargada se pone a recargar y vuelve a funcionar. Pero también las hay que no admiten recarga, y una vez agotadas, ya no hay recuperación posible. Si me permiten el símil, el alcalde es de esta clase: “no recargable”. No admite ideas de nadie, no escucha. Vive entre escoltas, gabinetes y aduladores, que forman una burbuja aislante que impide el contacto con el exterior. Su ciudad es virtual, sólo existe en su mente. Rehúye el contacto con la realidad, ésta le da pánico. Es el terror de la mente en blanco.
Es
una patología que afecta especialmente a la parte creativa del cerebro. El
momento en que ataca es cuando está frente a alguien que piensa distinto, o que
se atreve a dar su propia opinión. Eso bloquea las neuronas, le pone nervioso y
la mente se bloquea en blanco. Debe ser realmente angustioso. Sólo le permite
culpar al PSOE, da igual de qué se trate, los culpables son los socialistas. Es
tan grave esta situación de “mente en blanco”, que le ha impedido al alcalde
ver una deuda de 17 millones de euros cuya documentación ha estado 5 años sobre
su mesa. Ahora, cuando su amigo/enemigo y compañero de partido Francisco de la
Torre le ha dicho que “mucho te quiero compañero, pero devuélveme el dinero”; desde
la necesidad de justificar lo injustificable, sólo se le ha ocurrido una explicación:
el culpable es el PSOE.
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