Los trabajadores del Hotel Las Palomas de Torremolinos están en esa pelea. Sumergidos
en un conflicto laboral desde hace más de un año, y la solución se va alargando
demasiado, quizás porque el empresario dueño del hotel, Fernando Puche, está
muy interesado en “aburrir” a los trabajadores y trabajadoras para que
abandonen su lucha, que renuncien a sus derechos, que se pierdan en el FOGASA,
dejándole a él manos libres para sus nada claras intenciones.
Pero los trabajadores encerrados en el hotel, manifiestan su firme voluntad y entereza para continuar con el encierro, hasta que haya una solución que les permita volver a sus puestos de trabajo. Un hotel al que llegó más de un propietario cuyo interés no era para nada el hotelero, sino más bien otras cuestiones menos confesables, y que tendrían más que ver con especulación, blanqueo de dinero, evasión de capitales… En este año el hotel está cerrado, y la única actividad que hay en su interior, es la que mantienen los trabajadores, encerrado desde junio, defendiendo la actividad hotelera y sus puestos de trabajo, dando un ejemplo de responsabilidad, de organización, de respeto, de convivencia. Nadie que no haya vivido una experiencia de este tipo sabe lo complicado y difícil que es mantener la convivencia en estas situaciones extremas, donde 83 personas son 83 situaciones iguales, pero al mismo tiempo cada una distinta de las demás; muchas dependiendo de la ayuda familiar y de las amistades, conflictos familiares y personales que hay que dejar fuera. Y todo ello vivido con la presión de la incertidumbre… con dolorosas incomprensiones, como la del propio alcalde de la ciudad… y ver pasar los meses sin vislumbrar una solución clara.
Pero los trabajadores encerrados en el hotel, manifiestan su firme voluntad y entereza para continuar con el encierro, hasta que haya una solución que les permita volver a sus puestos de trabajo. Un hotel al que llegó más de un propietario cuyo interés no era para nada el hotelero, sino más bien otras cuestiones menos confesables, y que tendrían más que ver con especulación, blanqueo de dinero, evasión de capitales… En este año el hotel está cerrado, y la única actividad que hay en su interior, es la que mantienen los trabajadores, encerrado desde junio, defendiendo la actividad hotelera y sus puestos de trabajo, dando un ejemplo de responsabilidad, de organización, de respeto, de convivencia. Nadie que no haya vivido una experiencia de este tipo sabe lo complicado y difícil que es mantener la convivencia en estas situaciones extremas, donde 83 personas son 83 situaciones iguales, pero al mismo tiempo cada una distinta de las demás; muchas dependiendo de la ayuda familiar y de las amistades, conflictos familiares y personales que hay que dejar fuera. Y todo ello vivido con la presión de la incertidumbre… con dolorosas incomprensiones, como la del propio alcalde de la ciudad… y ver pasar los meses sin vislumbrar una solución clara.
Pero allí se
mantiene la esperanza y la moral intacta, siendo consciente de que:
·
Prescindir
de los trabajadores no es la solución.
·
Son los
trabajadores, cuyo puesto de trabajo ahora peligra, quienes han estado siempre
ahí, en los buenos momentos y en los difíciles, cumpliendo con tesón con su
trabajo.
·
El Hotel Las
Palomas, es su proyecto… y puede salir adelante sin sacrificar su razón de ser,
las personas y la actividad hotelera.
·
Van a mantener
inquebrantable su compromiso en la defensa de sus derechos y los puestos de
trabajo.
En definitiva, porque no todo vale en la actividad
empresaria.
Los trabajadores son conscientes de la delicada
situación, y en este contexto, se hace más necesario, si cabe, el impulso y
desarrollo de un proceso de diálogo en torno a medidas que generen un clima laboral,
económico, empresarial y social propicio para el mantenimiento de la actividad
y el empleo.
Creo que todos y cada uno de los trabajadores y
trabajadoras que están luchando por su empleo y por sus familias, no van a
consentir que, con miedo, amenazas o hechos, ataquen a ninguno de sus
compañeros, en la seguridad de que todos se mantendrán firmes en el duro día a
día, con el convencimiento de que sólo la solidaridad les dará la fuerza
necesaria para conquistar aquello por lo que están luchando: su empleo y su
familia.
ADELANTE, ÁNIMOS Y UN FUERTE ABRAZO SOLIDARIO
Pedro Pérez
25/10/2012
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