Gestionar amparados en la opacidad es propio de políticos mediocres o corruptos, pues el buen político es siempre un impulsor de la transparencia.
El alcalde de Torremolinos niega sistemáticamente
información a la oposición y a los ciudadanos; la opacidad es su regla de
actuación. En los dos años que van de legislatura, la oposición tiene más de
500 solicitudes de información sin contestar, ¿qué esconde?, ¿qué teme? Sabemos
de la actuación partidista del equipo de gobierno, del sectarismo en sus
decisiones… pero tanta opacidad levanta sospechas mucho más graves.
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