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02 mayo 2014

2015, la oportunidad de Torremolinos

El año 2015 debe ser el año en que los vecinos de Torremolinos tomen conciencia de la situación real de decadencia que sufre la ciudad y sean partícipes de un cambio de tendencia que recupere el esplendor de los mejores momentos de esta ciudad turística reconocida mundialmente.
La inmensa mayoría de los ciudadanos empadronados en Torremolinos define la situación actual del municipio como mala o muy mala, siendo la frase más repetida aquella de “esto está muerto”, y son bastantes los que siguen considerando que “esto no tiene arreglo”, no siendo conscientes de su capacidad de transformación de esta injusta situación a que hemos llegado. Esa toma de conciencia es imprescindible para rectificar el rumbo errático que en las últimas dos legislaturas ha marcado el gobierno local del PP.

Torremolinos ha de reencontrarse con nuestra razón de ser, el turismo. La ciudad “capital del turismo” en Andalucía no puede sobrevivir como tal si, como ha ocurrido en los últimos años, nos cargamos “la noche” y la diversión, sin ofrecer ningún atractivo a la juventud local ni turística. Todo ello favorecido desde una política institucional del ayuntamiento errónea.

Si los ciudadanos son conscientes, que lo son, de la degradación que sufre Torremolinos, de su incapacidad actual para aportar respuestas correctas a desafíos locales, deben de utilizar sus armas para corregir esta situación, y esas armas no son otras que su VOTO en las urnas a elecciones municipales del 2015.

Hay que desterrar la política del clientelismo político y aislamiento social del ayuntamiento y dar cabida a otra política basada en la reorientación de forma progresiva del modelo de gestión transparente y participativa. Cuando hay transparencia en la gestión y se da participación a los ciudadanos y colectivos sociales, es fácil que afloren iniciativas positivas para la ciudad, y esas iniciativas deben ser lideradas por el ayuntamiento.

Evidentemente, esa nueva mayoría social, cultural y política se ha de constituir de forma sólida, con una transición ordenada. EL consistorio, que debe ser la casa de todos, debe gestionar de forma participativa y dialogada con los agentes sociales y en general con la ciudadanía, las políticas a desarrollar, especialmente económicas, sociales y culturales.


Si en 2015 Torremolinos rectifica su rumbo, un nuevo aire purificará la Casa Consistorial, iniciándose un nuevo periodo que ha de conseguir para 2023 ser considerado como referente mundial del turismo, acompañando al sol y playa los atractivos de ocio, diversión, libertad, gastronomía, diversidad, activismo callejero… Torremolinos respirará un aire nuevo, y la ciudadanía se sentirá orgullosa del camino recorrido y con renovadas fuerzas para seguir adelante. Los optimistas tenemos razón, otro Torremolinos es posible… sólo hay que trabajarlo.

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