La discapacidad forma parte de la condición humana,
tanto es así que casi todas las personas sufrirán algún tipo de discapacidad
transitoria o permanente en algún momento de su vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el
concepto de discapacidad como la restricción o ausencia de la capacidad para
realizar una actividad, en la forma o dentro del margen que se considera normal
para un ser humano.
Está ampliamente demostrado que, una vez eliminados
los obstáculos a la integración de las personas discapacitadas, estas pueden
participar activa y productivamente a la vida social y económica de la sociedad.
Las personas con discapacidad, suelen tener menos
oportunidades económicas, peor acceso a la educación y tasas de pobreza más
altas. Eso se debe principalmente a la falta de servicios que les faciliten la
vida y a la escasez de recursos para defender sus derechos. A estos obstáculos
cotidianos se suman la discriminación social y la falta de legislación adecuada
para proteger a los discapacitados.
La ignorancia es en gran parte responsable de la
estigmatización y la discriminación que padecen las personas discapacitadas.
Queda mucho por hacer para que las personas con
discapacidad puedan alcanzar su pleno potencial como miembros de la sociedad
valiosos y en pie de igualdad. Debemos eliminar los estereotipos y la
discriminación que perpetúan su exclusión y crear un entorno accesible,
propicio e inclusivo para todos.
En el mundo existen más de mil millones de personas
con algún tipo de discapacidad (15% de la población mundial), de ellas, 200
millones experimentas dificultades en su funcionamiento y vida diaria. Del
total estimado de personas con discapacidad, 110 millones (2,2%) tienen
dificultades muy significativas de funcionamiento.
En los menores de 15 años, existen unos 785
millones con discapacidad (datos de la Encuesta Mundial de Salud). 13 millones
de los cuales presentan una
“discapacidad grave”.
Hoy 3 de diciembre de 2017, Día Internacional de
las Personas con Discapacidad, es un buen momento para pedir a las
Administraciones Públicas a todos los niveles y al conjunto de la sociedad a
que actúen decidida y firmemente para poner fin a la discriminación y favorecer
que las personas con discapacidad disfruten de sus derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales.
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