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11 diciembre 2009

Pan y Circo

Décimo Junio Juvenal fue un poeta romano, a caballo entre los siglos I y II, y fue el primero en formular la expresión “Panem et circenses”, (“Pan y circo”). Utilizaba esta frase para referirse a las prácticas políticas romanas donde el emperador regalaba al pueblo comida y entradas a los eventos en el circo para mantenerlo distraído de las decisiones políticas del Imperio. De esta forma, el pueblo era felizmente engañado y los gobernantes robaban y se hacían ricos sin que nadie se diera cuenta; al contrario, irónicamente, el pueblo los apoyaba.
Ese viejo ardid para hacer lo que se quisiera sin que nadie reclamara, no ha perdido vigencia, y después de veinte siglos sigue siendo una herramienta muy utilizada por gobernantes caciques paternalistas. Al pueblo dale pan y circo y gustoso te dejará hacer lo que quieras. Eso debe pensar el Alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes, promoviendo celebraciones diversas, regalando entradas a diversos actos públicos, y en los temas importantes, donde nos jugamos el hoy y el mañana, aquellos en que podemos realmente llegar a hipotecar el futuro de nuestros hijos… en esos ya puede hacer lo que quiera pues “el pueblo” está distraído mirando a otro lado y escuchando hipnotizado la canción de fondo: qué bueno es el Alcalde que nos da pan y circo.
En estos días, como ocurre todos los años, el Ayuntamiento de Torremolinos reparte “cestas de Navidad”, no a los más necesitados, sino a los pensionistas (tengan la pensión que tengan) y a los parados de larga duración (tengan o no prestaciones). No se le dan a familia necesitadas si no cumplen uno de estos requisitos. Pero, desde el más puro caciquismo paternalista y protector, el Alcalde organiza este evento como una peregrinación hacia su despacho, de humillación de los vecinos, obligándoles a realizar un recorrido de varias horas que empieza en el exterior del ayuntamiento, recorre planta baja y primera planta, con itinerarios en ziz-zas que ocupan pasillos y demás zonas libres de ambas plantas, hasta llegar a Alcaldía, donde con un único ordenador, van dando el visto bueno. Tres, cuatro o cinco horas de peregrinación para recoger una cesta de dudoso gusto cuyo coste no llega a los 40 euros. Esto supone a las arcas municipales 40 millones de pesetas, que el Sr. Fernández Montes, se esfuerza en simular que son “las cestas del alcalde”. “Panem et circenses”.
Lamentablemente, basta pasear por las calles de nuestra ciudad para ver aceras y lugares públicos inaccesibles, tiendas cerradas, comercios en liquidación y colas en la oficina de empleo. ¿Para cuándo un Presupuesto Municipal que lo acerque a la realidad y a las necesidades de los Torremolinenses? ¿Cuándo abandonará el Alcalde el “pan y circo” y tratará a los vecinos con el respeto que merecen?. Torremolinos necesita un cambio.

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