La derecha ofende a los andaluces

El portavoz adjunto del PP en la Asamblea de Madrid, Juan Soler, ha escrito en su blog sobre Trinidad Jiménez, ministra de Sanidad y candidata en las primarias del PSOE a presidir la Comunidad de Madrid: "Es una candidata floja para Madrid. Su acento le hace más apta para Dos Hermanas o Vélez-Málaga, suena extraña… Le faltan fondo y cuajo madrileño".
Como era de esperar, estas manifestaciones han generado una oleada de protestas, ante las cuales, el Sr. Soler ha manifestado que "En ningún momento pretendía ofender a nadie".
Pues mire usted, Sr. Soler, no sé si lo pretendía o no, pero conseguirlo sí lo ha conseguido. A mí, sí me ha ofendido. Como andaluz, me ofendió su comentario, y como andaluz me ha vuelto a ofender cuando ha pretendido justificar sus xenófobas y excluyentes opiniones sobre los andaluces, con la siguiente explicación: “Amo Sevilla entera y la Alhambra de Granada y el salmorejo y las playas de Almería y el ajoblanco y la mezquita-Catedral de Córdoba y el "Caballo Rojo" con su cocina mozárabe y Cadiz con su Constitución y todo, que no es nada ni nada, y el flamenco y el vino de Jerez y el de Montilla también y el brandy que es, a precio igual, mejor que el cognac y un amanecer en Huelva, en Isla Cristina para ser exactos, y la Catedral de Málaga, donde está enterrado mi abuelo, y los poemas de Lorca y los toros de ojos verdes de Manuel Halcón y Manuel Machado que era el mejor modernismo y, por supuesto, Antonio Machado también, que no pretendo ser Borges, y la Marbella de Ángeles Muñoz y el aceite de Jaén que siempre tengo en casa y la parte antigua de ese Jaén capital y Sierra Mágina donde una vez enterré mi corazón. Amo a esa tierra.”
Sí señor, es posible que usted ame esta tierra, ame sus monumentos, ame sus espacios naturales, ame su gastronomía, ame su folklore, ame sus literatos. Todo eso es posible. Pero, Sr. Soler, usted menosprecia lo más importante de esta tierra: sus gentes, de las que usted se burla de una forma intolerable.
Usted forma parte de esa derecha rancia que piensa que Andalucía es estupenda para hacer turismo (que lo es), pero desprecia a los andaluces a quienes tiene caricaturizados como unos incultos, vagos y maleantes.
Sí Señor, usted me ha ofendido, pero yo no le voy a pedir que se disculpe con los andaluces. Usted sólo lo haría por conveniencia política. Seguiría pensando igual. Por eso, yo no le pido a usted ningún gesto de rectificación; yo confío en los andaluces, que seguirán poniendo a la derecha, a esa derecha a la que usted pertenece en el lugar que le corresponde.