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19 enero 2012

Vacaciones en Torremolinos

Cuando piensan en la Costa del Sol, muchos piensan en el clima y sus playas, en Málaga, por su oferta cultural, en Marbella por su glamour. Sin embargo, si yo fuera un turista, no lo dudaría ni un instante: visitaría Torremolinos.

Hay muchas razones para hacerlo, a pesar del retroceso de la última década. En los últimos años la ciudad no ha mejorado y ha perdido la oportunidad de convertirse en un lugar volcado hacia las personas y no hacia los coches. El centro de la ciudad está abandonado, sin haber mejorado nada en la necesaria peatonalización y las dificultades para la movilidad de la gente se han incrementado: los carritos de bebés, las sillas de ruedas y las bicicletas tienen toda una prueba de obstáculos para pasear por la ciudad. El tráfico y el estacionamiento son de locura.
Pero, Torremolinos merece la pena. Su excepcional clima, sus seis kilómetros de estupendas playas, sus “chiringuitos”, sus restaurantes… su gastronomía. La Carihuela, aquel encantador barrio de pescadores se ha transformado en uno de esos puntos donde la especulación inmobiliaria cegó con cemento sus raíces y año tras año su encanto se va degradando. Pero aún tiene mucho que ofrecer al turista, especialmente su tipismo y gastronomía.

Torremolinos tiene mucho que disfrutar. Aunque está perdiendo de forma acelerada el ocio, aún hay bastantes lugares donde pasar una interesante velada.

Quien quiera visitar distintas ciudades de la Costa del Sol, debe tomar Torremolinos como base. Está estratégicamente situado, a cinco minutos del aeropuerto, a 15 minutos de Málaga, a 5 minutos de Benalmádena, a 10 minutos de Fuengirola, a 40 minutos de Marbella.

A todos mis amigos de fuera siempre les digo lo mismo: para visitar la Costa del Sol, vacaciones en Torremolinos, tiene todas las ventajas de las grandes ciudades y carece de los inconvenientes. Es cómoda, amable, llena de vida y es la mejor base para conocer toda la costa e incluso el interior de la provincia. El que prueba, repite y se hace adicto.
El problema que tiene hoy Torremolinos es que necesita políticos con ideas, valentía y complicidad con el mundo empresarial para generar sinergias que sitúen al municipio en el lugar que se merece en el turismo mundial. Quizás nos sobren “iluminados” y nos falten “personas” en frente del municipio.




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